Richard Berman dice que es hora de cambiar la conversación sobre el plástico

Berman

El plástico es la opción ecológica. Entonces, ¿por qué la industria del plástico está dejando ese argumento sobre la mesa?

Los activistas han utilizado imágenes engañosas como armas para difundir desinformación contra los plásticos. Los videos de tortugas tristes y el proyecto científico de un niño de 9 años convencieron a las principales ciudades de prohibir las pajillas, lo que llevó a la prohibición de bolsas, luego contenedores de comida para llevar y ahora botellas. La desinformación está destruyendo la industria plástica de Estados Unidos una ciudad a la vez.

Sin embargo, en su conjunto, los datos ambientales están del lado del plástico.

Estados Unidos es responsable de menos del 1 por ciento de la basura plástica mal administrada en el océano. Casi toda la basura del océano proviene de 10 ríos en África y Asia. La Gran Mancha de Basura del Pacífico es predominantemente equipo de pesca abandonado arrastrado al mar por un tsunami de 2011 en Japón. Sin embargo, la conversación nacional sobre la contaminación del océano carece en gran medida de estos hechos.

El plástico es mejor para el medio ambiente en casi todos los casos. Un estudio de McKinsey and Co. descubrió que el plástico tenía una huella de carbono menor que sus alternativas en 14 de 15 productos, lo que se hace eco de un estudio similar de la Agencia Danesa de Protección Ambiental.

Un estudio del Imperial College de Londres encontró que el Reino Unido generaría las emisiones adicionales equivalentes a 21 grandes centrales eléctricas de carbón si cambiara cada botella de plástico a vidrio.

Si bien no nos oponemos a los productos de aluminio, los hechos son que la producción de botellas de plástico PET emite la mitad de dióxido de carbono que el aluminio. Y la producción de aluminio emite PFCS con un potencial de calentamiento global hasta 9200 veces mayor que el del dióxido de carbono. La recolección de bauxita, el mineral que se utiliza para fabricar aluminio, es uno de los problemas de derechos humanos más apremiantes de la actualidad. El proceso provoca disturbios en los países subdesarrollados porque el polvo de bauxita es tóxico tanto para la vegetación como para los agricultores. Sin embargo, los estadounidenses creen que el plástico es problemático.

No hay razón por la que los usuarios de plástico deban perder el argumento ético o ambiental, pero es así.

Mi organización, Essential Plastics Coalition, está trabajando para cambiar el debate. Hemos identificado tres formas de reformular adecuadamente el problema.

Primero, defender todos los plásticos al mismo tiempo es una estrategia perdedora.

No todos los plásticos son iguales, ni todos tienen el mismo impacto en la sociedad, ya sea positivo o negativo. Sin embargo, a menudo se los demoniza como un solo producto. Los guantes de plástico, las máscaras y las jeringas mantienen en funcionamiento nuestro sistema de atención médica. Las botellas de agua de plástico mantienen saludables a las víctimas durante desastres inesperados o contaminaciones por plomo y bacterias en los cientos de alertas de agua hirviendo anualmente. El envoltorio de plástico para alimentos evita el desperdicio de alimentos y reduce las emisiones de metano y dióxido de carbono.

Todos estos productos tienen funciones esenciales. Muchos se pueden reciclar fácilmente. Pero los activistas ignoran estos hechos mientras condenan a toda la industria. En cambio, se enfocan en plásticos frívolos que no se pueden reciclar, incluida la espuma de poliestireno. Hasta que se haga cargo el reciclaje químico o alguna otra innovación, las alternativas a estos plásticos de bajo valor son mejores para el planeta. Pero al negarse a reconocer esto, la industria del plástico va a caer sobre su espada defendiendo su eslabón más débil.

Nuestro segundo principio rector es que el sistema de reciclaje de los Estados Unidos necesita mejoras serias.

En este momento, es demasiado confuso. Las bajas tasas de reciclaje no deberían ser una sorpresa. La espuma de poliestireno tiene el mismo logotipo de reciclaje de flechas perseguidoras difíciles de leer que una botella de plástico totalmente reciclable. ¿Cuántos estadounidenses saben qué números en ese logotipo indican un producto fácilmente reciclable (a saber, PET n.º 1, HDPE n.º 2 y polipropileno n.º 5)? Esto ha permitido que los grupos ambientalistas afirmen ampliamente que el reciclaje de plástico es un mito.

Necesitamos un etiquetado más honesto y descifrable. Un sistema simple, fácil de ver y codificado por colores aumentaría la fe y la conciencia en el reciclaje.

En tercer lugar, debemos atacar directamente la desinformación de los ambientalistas. Los consumidores estadounidenses no están inundando el océano con basura. El aluminio es reciclable, pero no es ecológico. Los ambientalistas solo tienen críticas en lugar de soluciones reales efectivas.

Los luditas del movimiento de basura cero están cómicamente fuera de contacto. Su argumento único para todos aboga por alternativas a los pañales, tampones y condones junto con casi todas las demás comodidades plásticas personales. Estos tontos no deberían estar ganando.

No es divertido ser blanco de ecologistas radicales que están dispuestos a pegarse la cara a obras de arte de valor incalculable. Es una de las muchas razones por las que no revelamos qué empresas, fundaciones e individuos brindan apoyo financiero para nuestros programas educativos.

Estamos diciendo verdades incómodas. Los ambientalistas lo odian. Incluso a algunos en la industria del plástico no les gusta la idea de que algunos plásticos deban tratarse de manera diferente. Pero negar el argumento "esencial" arrastra a toda la industria con esa estrategia. El libro de jugadas de la industria de las quejas es ganar donde se pueda y volver más tarde para obtener otras ganancias incrementales. La industria del plástico debería aprender de sus detractores.

Y damos la bienvenida a cualquier grupo que quiera unirse a nosotros para elevar este tema y conversación al nivel de la honestidad intelectual.

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